El niño se quedó observando a la hormiga, viendo cómo partía el ojo del cuervo para llevarlo de alimento a su mundo subterraneo, fue cuando supo que podemos alimentarnos de los ojos que no ven, de las bocas que no hablan, de los oidos que están sordos, de las manos que no tienen dedos.
Él supo que las hormigas tenían una parte muy grande e importante en el universo, estaban ahí para que él pudiera comprender que tenía que ver, escuchar, sentir, oler y saborear para comprender eso que no se puede comprender.
Él supo que las hormigas tenían una parte muy grande e importante en el universo, estaban ahí para que él pudiera comprender que tenía que ver, escuchar, sentir, oler y saborear para comprender eso que no se puede comprender.
por Q...
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