jueves, abril 30

A veces se articula el Huracán.



por W...

A la mujer, le robamos desde su infancia el juego.

Carta a mi hija:



No había llorado tanto por ti hasta ahora que te has ido. Te eduqué para que te pudieras ir, me empeñé en que aprendieras a servir el té, a comportarte con dignidad, a que supieras planchar correctamente los dobleces de mis camisas, por eso te pedía con insistencia que me dieses de comer lo que yo quisiera para poder irme a trabajar, te enseñé a extrañarme demasiado y a no soportar bajo ningún motivo la idea de que yo me pudiera morir. Te he educado para que no puedas vivir sin mí y te has buscado a un hombre igual. De ti, ya nunca nada sabrás.

Te robé desde muy temprano el juego mi preciada Luisa, te abandonaste a tu mente y te llenaste de sueños, aún así dibujabas una sonrisa con toda tu imaginería. Tu hermano te rogaba que fueras más realista pero el nunca tuvo el tiempo de comprenderte porque cuando tu hablabas el jugaba a la guerra, a correr hasta cansarce, a saltar en la cama, a luchar con sus amigos, a superar su anterior marca con su consola y ese cable que se conecta a la cabeza, el jugaba, tu reías, no sabías jugar, te arrebaté tu infancia inflando tus más tiernos pensamientos al cuidado de un pequeño bebé de plástico... justo como yo te veía, justo por lo que yo más temía.

Favor de hacer de mi hija la mujer más feliz del mundo, esa es mi última voluntad.


por V...


lunes, abril 27

He visto la guerra de los hombres, que es frágil y silente. Escondidos en estas dos cuevas de tierra muerta y sangre perfectamente tibia. Como sombras en las calles desiertas. Siempre a punto de morir o de nacer:

También he pensado la eternidad desde la madrugada.


por U...