miércoles, abril 22

Matamátame, que así no se dice.

Matamátame que así no se dice, que así no me matamatas, que así no me mueromuerto, que así me quedo y respirovivo, que no me voy mequedo, que no estoy en movimiento, que estoy quieto, que no me muero, que no me atravieses con la espada, que no me encuentro, que me siento como el viento, que no miro por las ventanas sino que me estrello contra las paredes, que no sé ni quien es el obispo, que más bien me hace falta una dosis de sueño, de buen dormir, que no me puedo dormir, que me siento y me quedo sentado, que no me hace falta comida y que no me muero, que estoy cómodo en el piso, que no necesito cortar mi césped, que felizmente me desnudo, que no me da pena mi cuerpo, que me encuentro rodeado de vómito, de cosas mías de las que no me desprendo, que me recojo sobre mí mismo cuando no sé que es éticamente correcto, políticamente discreto, que me muerdo las uñas cuando me siento uno entre tantos que no sé ni para que hacer lo que hago, que no me explico mis manías y me digo a mi mismo: ¡loco, loco, loco! ¡estás loco! Matamátame que así no se dice, que así no implica mi muerte porque yo solito me muero, porque está en mí morirme, porque para morir somos, porque no tengo sortija, no tengo suerte, no tengo biblia ni esperanto, ni ciencia del lenguaje ni concenso, nada más me muero, me acompaño con mi voz y con mi otra voz y con la otra, me acompaño yo sólo, le escribo a la antorcha que está llena de gasolina, de fuego, de no me toques que así no se vive. Mueromuerto, muertomuero, moriryamuerto, que así no se dice, que no se dice, que ni sé si podría hablar de ello. Que me encierren, que ya no me encuentro, que me miro en el espejo y se ve la pared, que me paso la mano por el rostro y me arranco los ojos, los dientes, la nariz, los bigotes, que aquí me escapo para siempre porque no hay lugar a donde volver, que no puedo ser más sincero, que no puedo mentir más, que ya no tengo más que el cuerpo para quitarme de encima, que ya no siento ni la lluvia, que hasta el sol mismo me sorprende cuando vuelve a salir, que ya espero con ansia un eclipse, un cometa, un terremoto, una ecuación, que ya se me van los minutos pensando en geometrías profundas que interceptan mis palabras y las transforman en figuras, que ya me obligo a estar sereno, que ya me obligo a estar despierto, que ya me obligo a no imaginarme al mundo de otra forma, porque si no me muero. Y por tanto, matamátame que así no se dice, que sin ti no me muero, que sin ti ya estoy muerto. Algo de sinceridad habrá en la muerte, algo de sincero habrá en el muerto.


por S...

1 comentario:

Jess Aguirre dijo...

Esto me deja sin palabras por que entra la extraña sensación de que todo se ha dicho ya... ¡Matamátame que me muero! genial palabra.

las revelaciones nos consumen...cuidado.

revivirreviveme

amor & paz